El Primer Paso – Aceptación, Entrega y Rendirte al Presente
“Aceptación significa: por ahora, esto es lo que esta situación, este momento, requiere de mí, y así lo acepto y actúo en consecuencia” — Eckhart Tolle.
Cuando leí esta frase por primera vez, sentí que me estaba hablando directamente a mí. Porque aceptar no significa que estés de acuerdo con lo que pasa ni que renuncies a mejorar tu vida; significa dejar de pelearte con el momento presente.
Recuerdo el día que mi diagnóstico llegó, como una ola que no pedí y que me arrastró sin aviso. En lugar de seguir luchando contra lo inevitable, respiré hondo y me dije: “Esto es lo que hay ahora. No es lo que soñaba, pero es el camino que me toca transitar”. Dios: ¿para que me estás preparando? ¿Qué tengo que aprender?
Aceptar fue mi primer acto de amor propio. No porque me gustara lo que estaba viviendo, sino porque entendí que solo desde la calma podía escuchar lo que mi cuerpo y mi alma necesitaban. Y cuando acepté, llegó la entrega: esa rendición que no es derrota, sino confianza en que hay algo más grande sosteniéndome.
La aceptación me permitió soltar el peso de la resistencia, y la entrega me abrió a nuevas posibilidades de sanación, de aprender a habitar mi cuerpo con amor, y de dejarme guiar por señales que antes no veía.
Ejercicio práctico:
- Cierra los ojos y nombra en voz alta una situación que hoy te duele o te incomoda.
- Respira profundo tres veces y repite: “Por ahora, esto es lo que es. Y así lo acepto”.
- Nota cómo tu cuerpo reacciona y escribe en un papel lo que sientas: tensión, alivio, paz o incluso resistencia.
La sanación no comienza con la lucha, sino con la presencia. Y ese primer paso —aceptar, entregar y rendirte al ahora— es el que te devolverá tu fuerza.